El mito de medusa
En la mitología griega, Medusa (en griego antiguo ‘protectora’) era un monstruo ctónico femenino, que convertía en piedra a aquellos que la miraban fijamente a los ojos. Fue decapitada por Perseo, quien después usó su cabeza como arma hasta que se la dio a la diosa Atenea para que le pusiera en su escudo, la égida. Desde la antigüedad clásica griega, la imagen de la cabeza de Medusa aparece representada en el artilugio que aleja el mal conocido como Gorgoneion.
Medusa en la mitologia griega:
Eran tres las hermanas gorgonas, Esteno, Euríale y Medusa, quienes eran hijas de Forcis y Ceto o en ocasiones de Tifón y Equidna, sin importar cuál caso fuese, eran monstruos ctónicos provenientes del mundo arcaico.
Es importante anotar que pese a que muy buena parte de los pintores de vasijas y pesa desde relieves griegos en la antigüedad imaginaron a Medusa y por ende a sus hermanas, como seres nacidos con una cierta forma monstruosa, durante el siglo V se comenzó a modificar el modo en el que se le imaginaba como un ser hermoso pero en simultáneo terrorífico.
En casi todas las versiones de la historia de Medusa se resalta que estaba embarazada de Poseidón en el momento en el que fue decapitada al estar durmiendo a manos de Perseo. Por supuesto para lograrlo él se acercó a ella sin mirarla en ningún momento a los ojos, mientras que Atenea se encargaba de ayer su mano para que pudiese cortar su cabeza. Tiempo después las hermanas de Medusa lo buscaron para cobrar venganza, pero Perseo consiguió hacerse invisible por medio del casco de Hades.
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