Fabula de León y El ratón
Pocos días después unos cazadores apresaron al rey de la selva y le ataron con una cuerda a un frondoso árbol. Pasó por ahí el ratoncillo, quien al oir los lamentos del león, corrió al lugar y royó la cuerda, dejándolo libre.- Días atrás – le dijo – te burlaste de mí pensando que nada podría hacer por tí en agradecimiento. Ahora es bueno que sepas que los pequeños ratones somos agradecidos y cumplidos.
Moraleja: Nunca desprecies las promesas de los pequeños honestos. Cuando llegue el momento las cumplirán.
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